Antecedentes de la OMS
Cifras proporcionadas por OMS señalan que el impacto de las enfermedades crónicas no transmisibles sobre las personas es mayor en países en vías de desarrollo en comparación con los países desarrollados. Este hecho se ve reflejado en el porcentaje de muertes causadas por enfermedades del sistema circulatorio que alcanza a un 60% del total de muertes ocurridas a nivel mundial.
Existe evidencia científica a nivel internacional, que demuestra una clara asociación entre la nutrición y estilos de vida saludables con la menor prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles tales como: cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer, osteoporosis y anemia nutricional. Es por ello que es necesario realizar acciones a nivel poblacional que contribuyan a prevenir las enfermedades antes mencionadas y de esta manera a mejorar la calidad de vida.
Los actuales estilos de vida de la población promueven el consumo de alimentos cerca de los lugares de trabajo o estudio lo que implica que los alimentos han sido procesados y manipulados a través de una serie de etapas antes de llegar al consumidor.
Esta situación contribuye a que las enfermedades infecciosas entre las que cabe destacar la fiebre tifoidea y la hepatitis continúan siendo un problema de salud pública en nuestro país.
Entre las acciones que se están realizando a nivel nacional para contribuir a la prevención de las enfermedades de transmisión alimentaria está la educación en higiene y manipulación de los alimentos a las personas a cargo de la preparación de los mismos. Pero el consumidor es el responsable de la selección y consumo de alimentos sanos y seguros; una de las formas de lograr que el consumidor tome conciencia al respecto es con la educación sobre la higiene e inocuidad de los alimentos.